El verano es buena época para descubrir y visitar enclaves que aunque cercanos no dejan de ser bellos y dignos de admiración. En está ocasión nos acercaremos a uno de los parques naturales más singulares de la península del Morrazo, disfrutaremos de extraordinarios miradores y realizaremos alguna caminata para hallar monumentos prehistóricos. Partiremos de la ciudad de Pontevedra tomaremos la carretera N-550 dirección Vigo, a 7 km veremos un indicador que pone Figueirido, siguiendo a la derecha la carretera y pasando por debajo del puente de la autopista después de 3 km seguiremos por la PO-0103 ascendiendo hasta el Monte de San Xulián donde se encuentra Cotorredondo.
Santiago/mayo/2013
Nos encontramos ante uno de los parques naturales más hermosos dentro de la península del Morrazo, es como un oasis arbóreo en medio de las abundantes masas de eucaliptales. Bien merecido es el paseo por este paraje para contemplar el entorno que se nos ofrece. Como eje central de esta dehesa es el Lago Castiñeiras que fue creado en los años 1950 de las aguas procedentes del Regato Castiñeiras. El lugar cuenta con una extraordinaria repoblación tanto de la flora como de la fauna. El espacio natural ha llegado hasta nuestros días en buen estado de conservación. En las 51 ha que ocupa el parque, podemos encontrar una rica variedad de abedules, castaños, robles, secoyas, alcornoques, sauces y alisos.
Emprenderemos una caminata contorneando la orilla izquierda y observaremos las diferentes especies de árboles entorno al lago, según vayamos avanzando percibiremos como el agua simula un espejo acuático, reflejándose sobre su superficie diferentes gamas de verdes alternando con tintes pardos. El entorno se conforma en un paisaje apacible y profundo, los patos se desplazan suavemente por el agua cambiando las escenas de espejismos diversos. Seguiremos nuestro paseo hasta el fondo, lugar en el que se forma un tupido bosque donde el espacio es vencido por las zonas sombrías. En otra parte del parque natural nos encontraremos con un centro de recuperación, un lugar donde podemos ver ciervos, gamos, algunas aves y también caballos salvajes.
Como comprobaréis, el sitio es muy apropiado para hacer una comida campera, por lo tanto, no olvidéis, llevaros un buen jamón gallego, como el Porco Celta de A Fonsagrada, un buen queso de Arzúa acompañado con pan de centeno. Ahora emprenderemos otro paseo, siguiendo la señal que nos dice “Mámoa”, desde el lago nos dirigimos hacia la zona sur, por la carretera que le rodea, a unos 700 m toparemos con una fuente y otro cartel con la indicación que nos lleva hacia la izquierda. Después de 300 m hacia la derecha nos encontramos El Dolmen Mámoa do Rei, situado en una planicie llamada O Chan de Castiñeiras, zona que nos ofrece un rico yacimiento arqueológico de las culturas megalíticas. La cultura megalítica transcurre desde finales del neolítico en el VI milenio a.c. hasta el III milenio. Esta época se caracteriza por la construcción de este tipo de monumentos funerarios con enormes losas de piedra, no solamente servían para enterrar a los muertos, sino también para delimitar territorios. Estos monumentos se encuentran en abundancia a lo largo de toda la geografía gallega. Vestigios de nuestra historia que en muchos casos han sido expoliados buscando en su interior materiales preciosos
El Dolmen Mámoa do Rei fue restaurado, gracias a esto podemos contemplar este magnífico Túmulo. Un misterioso pasadizo cubierto con tres losas nos conduce a la cámara principal cubierta con una gran losa superior de forma ovalada y soportada por nueve losas laterales de aproximadamente 1,90 m de altura. Esta Mámoa data del año 3000 a.c. Continuaremos nuestra ruta con el automóvil para seguir la indicación hacia MARÍN, después de 200 m giraremos a la izquierda, a 1 km sale una carretera que asciende hasta el Mirador de Cotorredondo, situado a 550 m de altitud, subiremos a la torre. Nos aguarda una maravillosa perspectiva aérea a vista de pájaro. Los paisajes se rinden ante el mar.
A nuestra izquierda tenemos la Ría de Vigo, detrás del estrecho de Rande se abre La Enseada de San Simón, pintando un bello paisaje en forma de lago acentuado por la Playa de Cesantes, dando paso a un sin fin de marismas y arenales. El arenal Punta de Cabo se lanza como una flecha hacia Las Islas de San Simón y San Antón, detrás se levanta El Monte Galleiro a 715 m de altitud y por encima de Cesantes se divisan a lo lejos las sierras hacia la Dorsal Galaica como el Monte Sanomedio 694 m altitud, hacia el fondo Pontesampaio con el Puente Romano y la desembocadura del Río Verdugo y Oitavén. Y no dejará de maravillarnos este balcón si miramos a la derecha, pues se abre la bocana de la Ría de Pontevedra y desde las profundidades del océano emerge como un coloso tumbado La Isla de Ons acompañada cara al sur de Onceta, islote que se presenta en forma de promontorio. Mirando hacia la derecha cara al norte, podemos ver también parte de la Ría de Arousa, en la bocana La Isla Salvora semejándose a una gigantesca tortuga marítima y la sierra del Barbanza con el Monte da Courota (615 m) Volviendo a la Ría de Pontevedra ya más hacia el interior vemos Portonovo y Sanxenxo, por encima de Combarro y Poio, Los Montes Castrove y La Escusa rozando los 600 m de altitud. Casi al final se contempla la ensenada de Campelo. Pero para coronar esta ruta nos acercaremos hasta el Monte Xaxán.
Ahora bajaremos hasta donde iniciamos la subida, dirigiéndonos a la izquierda en dirección a la carretera Domaio, después de 2,9 km giraremos a la izquierda y así llegaremos al área recreativa Chan de Arquiña, en medio del parque se encuentra el impresionante Dolmen De Arquiña. Desde aquí y siguiendo de frente alcanzaremos la cumbre más alta del Morrazo, Faro Domaio 623 m (la carretera está fatal con muchos socavones, es recomendable hacerlo a pie, la distancia de ida y vuelta son 2,6 km ). Desde este alto se nos ofrecen unos paisajes tan grandiosos que las palabras no alcanzan a su descripción. Esta cima de naturaleza antojadiza se alza impetuosamente sobre las aguas, dominando como una atalaya todo el paisaje. En la bocana se alzan como una verdadera fortaleza las Islas Cíes. En el margen derecho de la ría los pueblos marineros de Cangas y Moaña, a la izquierda el gran Puerto de Vigo, los Monte Vixiador, Madroa y Castro seguido del Monte de la Guía, hacia el fondo el Puente de Rande. Al final de este recorrido, después de haber observado desde estas cumbres la riqueza natural con que nos obsequia la tierra gallega, con una paisajística de incalculable valor, variedad, belleza e historia, que hombres y mujeres hemos de preservar para futuras generaciones. Y cuando ya el atardecer va dejando paso a la noche, me pregunto ¿cómo sería todo esto hace 5.000 años?… no sé la respuesta, pero nuestros antepasados nos han dejado un fabuloso legado de yacimientos de un inmenso valor, espero que en el futuro se siga conservando este patrimonio cultural y natural con el respeto del que es merecedor.
A los Concellos de Vilaboa, Moaña, Marín, Bueu y Cangas darles las gracias por la defensa de estos espacios naturales en la Península del Morrazo, y por la tarea de rehabilitación y preservación de estos entornos.