Vivir en Santiago de Compostela, comprar para vivir o invertir
En los últimos meses, el mercado inmobiliario en Santiago de Compostela se presentó aterrador para aquellos que buscaban una vivienda para vivir. Probablemente el 2018 constituyó un año de inversión en ladrillo en la capital de Galicia. Parece que en el pasado mes de enero se ha frenado la escalada de precios, quizá porque la demanda se ha contenido.
Santiago de Compostela como todas las ciudades no es uniforme, ni en su aspecto estético, ni en su calidad de construcción, y por supuesto tampoco en precios, que además, se ven favorecidos por las corrientes de preferencia ciudadana que agudizan esa diferencia. El casco antiguo, la zona del Ensanche, Vite, las Fontiñas, San Lázaro, Vidán, Conxo, Castiñeiriño, etc., todo es Santiago pero marcan espacios definidos, y al tiempo están los espacios que quedan entre ellas. En todos estos lugares, y bajo mi mirada, se constituyen pequeñas islas independientes salpicadas de espacios amables y espacios degradados. Es decir, la cosa no va por barrios como sería en otras ciudades. Cuándo buscamos vivienda para tomar la importante decisión de, en qué lugar confiamos para vivir, relacionarnos y alcanzar esa pertenencia a una zona que harás tuya, nos imaginamos entornos amables donde podremos hacernos mayores con cierta calidad. Ese pensamiento plantea un inconveniente cuando nuestra ciudad es interesante para invertir en ladrillo, ya que los precios subirán y necesariamente será poca la ciudadanía que pueda asumir los precios que están en el mercado, en muchos de los casos, es admitir que la presión de la especulación es muy fuerte y que es inviable comprar para hacer vida con cierta dignidad al común de los mortales.
Entornos agradables, no degradados y una cierta homogeneidad; con separaciones razonables entre edificios, espacios verdes, fachadas pintadas, aceras anchas, accesibles y sin barreras; son razones para esa sensación de espacios humanos que el ciudadano percibe como suyas. Santiago de Compostela fuera del casco antiguo tiene como pequeños remansos o islas que la hacen auténticamente maravillosa como es el Carmen de Abaixo, las últimas construcciones de la zona de Galeras, Avda Barcelona o Santa Marta. También Fontiñas con carácter constructivo estético.
El Ensanche que se construyó sobre los años 70 a toda prisa, es la que está más poblada y tiene más éxito por estar próxima a la ciudad histórica; las dos calles más cotizadas son Doctor Teixeiro y General Pardiñas, pisos de 3 /4 dormitorios pueden rondar entre los 400.000 y 600.000 euros, siendo de una calidad muy normal, en el mejor de los casos. ¡Precios como en una calle principal en Madrid o Barcelona! Otras calles del Ensanche tratan de vender por 260.000 – 300.000 euros. Los hay sin arreglar y sin garaje por 185.000 euros, como barato. A veces son de pesadilla…
Santiago y la problemática de la vivienda
¿Quién vigila, quién acuerda, quién planifica el futuro?
La capital de Galicia no consigue superar los 100.000 habitantes y en este momento se sitúa en un censo de los 96.405 personas, pero la población flotante la congestiona cada día con cientos de coches que acuden de los ayuntamientos limítrofes. Además de los cientos de universitarios que han cambiado su dinámica, siendo el coche sustituto de un piso que encarece el gasto a la carga familiar.
Santiago es la capital de Galicia, Patrimonio de la Humanidad y ciudad de larga historia Universitaria, pero no dispone de industria y el pequeño comercio, que siempre fue un pilar en la sociedad compostelana, languidece frente a las nuevas dinámicas sociales impulsadas por las nuevas tecnologías. Además, en los últimos tiempos, los polígonos a las afueras de las ciudades, con los grandes centros comerciales, están provocando la desertización del pequeño comercio en el centro de la ciudad.
Con una tasa de paro juvenil elevada, trabajos precarios y con parados de larga duración, entre las que se encuentran aquellas y aquellos que a partir de 50 años es difícil que se incorporen al mercado laboral, cómo es qué, en este contexto de sueldos que no consiguen nada más que la supervivencia ¿puede alguien explicar los precios de la vivienda?.
Una acción que nos ilustra en esto de la microeconomía, y sin ser un método nada científico, les invito a pararse durante una o dos horas en una calle comercial de la ciudad. Observar si hay trasiego de gente que sale con bolsas de los establecimientos. Eso nos da una idea de lo que está pasando.
Después de una crisis que comenzó en el 2008, principalmente por la especulación del ladrillo, hoy volvemos a la carrera con un mundo completamente distinto al de hace 11 años.
Nada puede ser igual; no hay trabajo, nuestros jóvenes son exiliados económicos, no nacen niños, cobramos poco y trabajamos muchas horas, somos más pobres, menos reivindicativos… ¡Sin embargo, alguien sueña que todo sigue igual!
Sería bueno configurar un futuro con dos preguntas primordiales ¿Qué queremos ser y cuál es el camino?. Sobre todo, por aquello de favorecer el asentamiento de población en espacios dignos de calidad. Y porque hacen falta políticas para regular y supervisar los diferentes alquileres (Turístico y arrendamiento urbano). Crear y ejecutar un plan director para la integración de los barrios, incluida la ciudad de la cultura que nos cuesta mucho dinero y no brilla.
Santiago e a problemática da vivenda
Despois dunha crise que comezou no 2008, principalmente pola especulación do ladrillo, hoxe volvemos á carreira cun mundo completamente distinto ao de hai 11 anos. Nada pode ser igual; non hai traballo, as nosas mozas son exiliadas económicas, non nacen nenos, cobramos pouco e traballamos moitas horas, somos máis pobres, menos reivindicativos… Con todo, alguén soña que todo segue igual!