Al amparo de un día soleado se celebraba el 1 de mayo en la capital gallega. A las 12:30 de la mañana salía, de la conocida Plaza Roja, una marcha que acabó en la Plaza de Platerías. Después de la lectura del manifiesto se escuchó la Internacional, y cerró el acto, como broche final, el himno gallego, ambos fueron recibidos con importante grado de emotividad entre los asistentes.
Una jornada reivindicativa para rendir homenaje a la clase trabajadora que tuvo un grado de participación importante, teniendo en cuenta la histórica de estos actos en la ciudad. Hijos, padres y abuelos se dieron cita en una Plaza Roja que sobre las 12 del mediodía fue dando la bienvenida a los que allí se congregaban portando banderas, pancartas y buen ánimo.
El horizonte visual cubierto por cuerpos y banderas que ondeaban, o más bien, flotaban en un espacio urbano que daba voz, un año más, al sentir de la ciudadanía, que reclama soluciones a los grandes problemas de una clase obrera cada vez más empobrecida.
En este primero de mayo, sigue estando muy presente la falta de trabajo y la necesidad de dignidad en el existente. También estaban representados los trabajadores del mar, hombres y mujeres que con sus camisetas amarillas manifestaban el descontento de la repartición de miseria conseguida después de la larga acampada que tuvo lugar recientemente delante del edificio administrativo de la Xunta de Galicia en San Caetano. [wzslider]