¡México de mis quereres! Orgullo mexicano en Europa.

México es un país de una gran extensión, y por consiguiente, de una enorme riqueza cultural. En sus distintas regiones podemos visitar ruinas de las culturas prehispánicas como la maya, en la Península de Yucatán, los Teotihuacanos, en el estado de México, los Aztecas, en la capital de la Nación, y la cultura huasteca, olmeca, chichimeca, tarahumara y más. Su enorme riqueza cultural se pone de manifiesto en los eventos culturales que se llevan a cabo a lo largo de su geografía.

Y el mexicano es conocido por todo el mundo desde hace muchas décadas, y no por la situación de seguridad que priva en casi todo el territorio, sino por su hospitalidad para con los viajeros, y por su enorme orgullo mexicano, demostrado en cualquier viaje fuera de nuestras fronteras, sea a donde sea y por la situación que tenga que ocurrir.

El orgullo mexicano es latente en todos los países del mundo: en cualquier ciudad podemos ver a alguien con una camiseta de la selección mexicana de futbol, o un enorme sombrero de paja, que en ocasiones deja paso al sombrero charro, distintivo del traje típico del país. También, vemos que la gente viaja con sus zarapes, que son prendas ligadas con el traje típico del estado de Jalisco y que tiene que ver con la forma en que nos conocían hace medio siglo o más: los charros mexicanos.

En cualquier aeropuerto podemos localizar viajeros mexicanos, por la algarabía que presentan siempre que se reúnen en grupo, o porque viajan con lo más representativo del pueblo mexicano; no puede faltar el típico tequila en el viaje. El tequila es una bebida que se extrae de la planta del agave, y según su calidad y proceso puede ser: blanco, reposado o añejo.

Dicen algunos habitantes de países europeos que “no puede faltar un buen mexicano si no trae su botella de tequila”.

Las tradiciones están muy arraigadas en nuestro país. Y cuando se realizan viajes a España, conocida también como “la madre patria”, suele el originario de cualquiera de las 33 entidades federativas mostrar su “mexicanísimo orgullo” con el trago de tequila, el sombrero o zarape charro, o el tradicional y pocas veces bien escuchado grito de “¡Viva México, hijos de la ch…!mexicanos

Pese a la difícil situación que se vive desde hace poco más de dos décadas, México es una Nación que no pierde su alegría de vivir. Ya lo señalábamos con anterioridad que el mexicano suele reír de sus desgracias, y para muestra, las calaveras de Posada o el culto a la muerte, la forma en que se mofa cualquiera de situaciones difíciles, y el vasto sentido del humor con que se enfocan las situaciones difíciles.

Algunos estudiosos del comportamiento moderno dicen que los famosos “memes” tienen que ver con la picaresca del mexicano, que suele sacar la parte jocosa, risible de una situación, por embarazosa que sea.

De esta forma, si salimos a pasear por la Plaza del Obradoiro, donde confluyen miles de turistas de todo el mundo año tras año, podemos dar cuenta con una asombrosa precisión de los turistas mexicanos, porque siempre deambulan con un “algo” que les distingue, y que es parte de nuestras tradiciones.

Cuando solemos viajar, pensamos en lo necesario para el equipaje, como cualquier otra persona, pero también solemos adjuntar al mismo las monedas mexicanas que dejaremos de recuerdo en tales bares o pubs, o los listones verde, blanco y rojo que utilizaremos, la pequeña bandera mexicana para colgarla de la mochila, o el sombrero que bien puede ser el tradicional de charro o los más económicos de paja, que tiene distintas formas y tamaños, de acuerdo a la zona que pretendan representar.

Si usted suele visitar los pubs más tradicionales de la zona vieja de Santiago de Compostela, encontrará en sus vitrinas monedas, llaveros y motivos mexicanos, y la opinión de la forma en que los originarios de este país norteamericano se conducen hacia los demás: con mucha amabilidad y deseo de servir.

Otros, sin embargo, llevan el espíritu nacionalista por dentro y prefieren en su reproductor musical incluir música de mariachi, arpa veracruzana o la tradicional marimba del sureste mexicano, por citar solamente algunos géneros musicales que brotan de alegría en cada acorde que se escucha de éstos.

Hace un par de años visitó Santiago de Compostela una tuna universitaria, del estado de San Luis Potosí, haciendo un recorrido por las principales plazas, y en el Obradoiro se mostraron con la música de estudiantinas, sin faltar las tradicionales piezas mexicanas, donde el orgullo y el grito del Viva México están siempre presentes.

Y cuando de habitantes del norte se trata, es muy fácil identificarles, porque algunos portan la tradicional “cuera tamaulipeca”, que es una chamarra, por lo general, de piel de venado con corte estilo saco de vestir, pero con una serie de ornamentaciones que dan un toque singular a los habitantes de este estado norteño llamado Tamaulipas, y que tiene tres trajes típicos y tres regiones musicales y bailables: el norte, con la polca, la redova y el chotis; el centro, con su música de Picota, y el inigualable sur, con su tradicional huapango, interpretado por músicos a los que se llama “huapangueros” y se acompañan con un violín, un bajo-sexto y una guitarra, y entonan los alegres huapangos construyendo versos de acuerdo al personaje y la situación que tengan enfrente.

Este género musical es propio de la región huasteca que incluye cinco estados de la República Mexicana, pero en la zona sur de Tamaulipas ofrece a sus visitantes la inigualable y pegajosa música del huapango y sus ingeniosos versos:

 

“voy cantando este huapango

al son de la guitarrita

para que brinque el fandango

de mi muchacha bonita”

o alabar virtudes de lugares y personas:

“Huasteco yo soy señores

ahora acabo de llegar

y busco a un tamaulipeco

de esos que saben cantar

al estilo Pueblo Viejo

o como se hace en Tempoal”

Famosos por sus versos, los músicos de huapango componen las rimas “al aire, tratando de resaltar el acontecimiento de moda o al personaje en cuestión:

charro

 

“Soy puro tamaulipeco

De la hacienda del Ribaso,

La mula cayo sin dueño

La tumbo y me voy de paso

Siempre con aquel empeño

Corriendo y haciendo el lazo”

 

Y así, entre acordes musicales e ingeniosos versos, los visitantes a Tamaulipas se deleitan con nuestro folklore, mismo que también es escuchado en todo el orbe, gracias a la cultura que sigue prevaleciendo en muchos hogares, de enseñar a los hijos a tocar instrumentos para seguir componiendo música tradicional, y llegar, probablemente donde se encuentra la Torre Eiffel o la Plaza de las Cibeles, y decir_

“ Ay, Ay, Ay, Ay, Ay

Dicen por ahí en la playa

Los hombres de Tamaulipas

Siempre quedan en la raya”

México es rico en tradiciones musicales y folklóricas, y los mexicanos solemos mostrarlas sin pena alguna en cualquier rincón del mundo donde nos encontremos, no importa que no vayamos a pasear sino a un evento de mucha importancia. Las tradiciones mexicanas suelen portarse con un enorme orgullo, como dicen los huastecos: “ese orgullo tamaulipeco”, que bien puede aplicar al jalisciense, hidalguense, potosino, yucateco o de cualquiera de nuestros rincones, que, independientemente de la parte de donde seamos originarios, cuando de México se trata solemos vestir el traje de charro, y a ritmo de mariachi cantar el “México lindo y querido que nos recuerda en su última estrofa que:mariachi

“México lindo y querido

Si muero lejos de ti

Que digan que estoy dormido

Y que me traigan a ti”

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