Felicidades a la Urbanización Los Tilos que consigue, al fin, legitimar el servicio de transporte.
Desde los inicios, en la década de los años 80, sus habitantes lucharon por reivindicar su derecho al transporte público, en esa comunicación lógica de los tres km (aprox.) que los separaba del centro de la ciudad de Santiago de Compostela.
En la actualidad, y en este sentido, el Ayuntamiento de Teo todavía tiene mucho que hacer, ya que cuenta con muchos puntos de población que se encuentran en una situación precaria de servicios que resulta del todo atípica en un contexto contemporáneo. La falta de resolución por parte de las administraciones correspondientes de algo tan básico como es el servicio de transporte público es del todo incomprensible. Mientras tanto, las gentes sufren las consecuencias con frustración e impotencia diaria. En lugares como Pedrouso ou o Sixto múltiples familias conviven con el riesgo de carreteras estrechas de doble vía y alta densidad de tráfico. Un ejemplo es la Urbanización de Augas Mansas, con 142 viviendas sin acceso a llegar a pie a la carretera general.
El famoso rockero Miguel Ríos hizo famosa la canción «Vivo en la carretera», es así como viven los habitantes de los lugares mencionados, y piensan «Moriré en la carretera» sobre todo si acceden por el cortafuegos que hace función de carretera desde Montouto hasta el Sixto. Una vía de acceso provisional que se abrió hace unos años, y hoy presenta una capa de asfalto desgastado que entraña un riesgo máximo de accidentes. Dicha carretera supone un punto negro que constituye alternativa al también peligroso estrecho del Sixto.
Tirados en medio de la nada. Una isla donde la única manera de salir es disponer de coche. Y prudencia máxima de que un vecino no se ponga delante, o de no tener un pequeño despiste…Pues, por no tener, ni siquiera tienen cunetas como vía de acceso a la carretera general…
Un triste panorama para los que viven estas circunstancias y aguardan desde hace doce años (en el caso de la Urbanización Augas Mansas) una solución que no acaba de llegar. Las 142 familias que compraron su vivienda en una urbanización (pagando más que si compraran solo una finca por el hecho de los supuestos servicios que conlleva tal planificación) para disfrutar con caminatas en un bonito paisaje a 6 kilómetros de la ciudad Compostelana, con los servicios elementales: transporte, parque para los más pequeños, etc…Solo compraron unas casas bonitas y un par de marquesinas preparadas como gancho. Eso sí, pagaron muchas promesas.