El otro día una persona muy querida para mí se desplazó a una comisaría de policía con el fin de tramitar el NIE (Número de Identificación del Extranjero) a nombre de su hijo de 5 años. Su sorpresa fue mayúscula cuando la funcionaria pública le explicó que: “según la última normativa no se puede tramitar el NIE a los descendientes de padres que no puedan acreditar ingresos”. Aún en shock la madre escucho como le explicaban esta situación: “esto lo hace el gobierno para no fomentar la permanencia de extranjeros en el país”.
En román paladino esto significa que, para el actual equipo de gobierno de este país, los extranjeros sin ingresos no merecen siquiera la categoría de personas dignas de poseer un documento identificativo como miembro de pleno derecho de una sociedad libre.
Es muy triste que sea precisamente un país como España el que promulgue este tipo de leyes olvidando que históricamente éramos nosotros los que ejercíamos de extranjeros y que, a día de hoy, miles de compatriotas se buscan la vida lejos de nuestras fronteras.
Esta no es más que otra de las medidas que, en aras de una hipotética solución de la crisis, discriminan a todo tipo de colectivos (extranjeros, desempleados, personas con discapacidad,….).
Todos somos conscientes de que la austeridad de la que hace gala el gobierno es la perfecta excusa para implantar toda una serie de medidas claramente ideológicas que recuerdan a “ilustres” predecesores de similar pelaje. Dentro de este panorama, parecen olvidar algo fundamental: una persona lo es independientemente si gana o no gana dinero. Ser inmigrante no te convierte en un ser humano sin dignidad.
Este es el país en el que vivimos y que se extraña de que no nos concedan la organización de unos juegos olímpicos debido, entre otras razones, a la imagen internacional que proyectamos. La verdadera “Marca España” es aquella que discrimina a las personas por su origen o por su capacidad económica.
Lo dicho, parafraseando a la genial Ana Botella, a relaxing cup of café con leche in Plaza Mayor para todos… los que se lo puedan pagar.
Muy triste pero cierto! 🙁
«Hemos aprendido a volar como los pájaros, a nadar como los peces; pero no hemos aprendido el sencillo arte de vivir como hermanos.» Martin Luther King