«En algún lugar de un gran país»

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Foto por Mariel Jimenez

María, una niña de 5 años de edad, tuvo una complicada llegada al mundo debido a que el ginecólogo u obstetra no se percató que tenía el cordón umbilical enredado en el cuello, y por lo tanto, no era posible su nacimiento de manera natural.

A pesar de ello nació María, una niña preciosa, gordita y muy sana.

Como todos los seres humanos, llegamos a enfermar: María no queda exenta de ello; Un día mientras jugaba con sus amiguitas, se cayó y se quebró un brazo, por lo cual sus padres la llevaron de urgencia al hospital, en donde la operaron para salvarle el bracito; en otra ocasión  se enfermó de la garganta: tenía una bacteria poco común, alojada en las amígdalas, que le provocaba un malestar insoportable, los médicos no lograban saber lo que era, sin embargo le dieron un medicamento que no se implementaba en niños, porque detiene el crecimiento.

Pasado el tiempo, María se enfermó de los riñones; le hicieron estudios de sangre. Nuevamente le recetaron un medicamento. Sin embargo, en esta ocasión la dosis no fue la adecuada de acuerdo a su peso y estatura… Le causo una parálisis facial.

Tristemente estas situaciones pasan con más frecuencia de lo que podemos imaginar.

Hasta hace algunas décadas, los médicos se preparaban para salvar vidas; aquella mentalidad iba de acuerdo a los valores que se aprendían y fomentaban en casa.

La época de antaño solía ser muy diferente en muchas cosas.

En las universidades actuales, los estudiantes de medicina dejan a un lado la ética profesional: en un porcentaje importante, su principal interés es ganar bien para vivir mejor, sin embargo esto deja secuelas en la sociedad, ya que la salud depende de esos jóvenes que estudian para tener un muy buen sueldo y no para salvar vidas.

Enfermarse da miedo, pero en algunos países da terror. Las negligencias médicas están a la orden del día: fallecimientos sin causas aparentes, que podríamos llegar a pensar que somos conejillos de indias (Probablemente es así).

De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud (World Health Organization), los países con la mejor atención médica o el mejor sistema sanitario son: Francia en primer lugar, Italia en segundo y San Marino en tercer lugar.

España ocupa el séptimo lugar, mientras que países como México lo ha situado en el lugar 61, sin embargo Cuba del cual se conoce la buena preparación de los médicos, tiene el lugar 39.

Dichos datos se revelaron gracias al estudio que llevó a cabo la OMS, comparando los diversos sistemas de salud alrededor del mundo.

A pesar de que actualmente se tiene todo el derecho a demandar los actos de negligencia médica, la solución no es esa.

Después de haber jugado con la salud de los pacientes, llevándolos a situaciones poco favorables, incluso la muerte, ¿de qué sirve lo demás?

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Foto por Mariel Jimenez

Ni todos los años de prisión pueden compensar la pérdida de un ser querido.

Trabajar en lo que nos gusta es de suma importancia, de ahí parte el empeño y el cariño con que se hace.

Hacer las cosas bien, cambiar la mentalidad.

Señores médicos, no somos números como nos ven muchos.

Somos personas, capaces de creer tanto como para dejar nuestra salud, nuestra vida en sus manos.

No desperdicien de esa manera la fe que pone cada paciente cuando acude a solucionar una dolencia, un malestar, porque, ni todo el dinero del mundo logra dar esa satisfacción que dan la sonrisa y gratitud de alguien que fue curado.

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