Jobs:¿Santo Jobs?

jobs

«Stern retrata a Steve Jobs como un profeta de la era digital, un visionario con aires mesiánicos cuyo mensaje se reduce a unas cuantas frases contundentes propias de un experto en mercadotecnia.»

Siguiendo la estela de otras películas sobre la vida y obra de famosos gurús de la tecnología (en mente la lograda La red social con guion de Aaron Sorkin), aterrizó este mes en las salas de cine españolas Jobs, biopic sobre el carismático y mediático cofundador del gigante informático Apple.

Ni el personaje en cuestión, Steve Jobs, ni el actor que lo caracteriza, Ashton Kutcher, despiertan en mí entusiasmo. Pese a ello, esperaba algo más de un filme, que si bien no prometía ser un dechado de virtuosismo en lo que a séptimo arte se refiere (Kutcher no suele ser un buen augurio), tampoco me la olía como la cinta abiertamente mediocre que resultó ser.

A través de la narración del director Joshua Michael Stern, recorremos el ascenso profesional de Jobs: desde sus inicios en el garaje de la casa familiar, hasta su consolidación como el gran creativo y ejecutivo de altos vuelos que fue. Nos hallamos, pues, ante la historia arquetípica de un self-made man, de tanto arraigo en el imaginario colectivo estadounidense, y de un personaje devorado por su propio ego: un genio con el corazón duro como el pedernal capaz de dejar en la estacada a cualquiera que entorpezca la consecución de sus objetivos.

Los esfuerzos del protagonista en emular la dicción, los gestos y los andares de Jobs son notables, aunque su interpretación, por momentos, parece más una parodia que una actuación encomiable. Sin embargo, es de justicia reconocer que las principales pegas de la película no son achacables al actor sino a las deficiencias en la construcción del relato cinematográfico. Redundante hasta lo cansino y con lagunas argumentales, éste pierde fuelle a medida que avanza el metraje.

Stern retrata a Steve Jobs como un profeta de la era digital, un visionario con aires mesiánicos cuyo mensaje se reduce a unas cuantas frases contundentes propias de un experto en mercadotecnia. Pena que el cierre de la película semeje un mal anuncio.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.