Muchos son los que han visto en el hecho de que ‘Aviones’ se haya vendido como parte del imaginario de Pixar una estrategia tramposa y farisea de ampliar el catálogo de juguetes de la marca ‘Cars’. No nos engañemos, lo cierto es que el fuselaje que alberga la nueva cinta de Disney es lo suficientemente potente como para despegar sin necesidad alguna de lucir una etiqueta que en realidad no posee.
El principal signo distintivo de esta cinta, gestada a priori con el estigma de ser una hermana pobre de su correspondiente versión en formato bólido, es que hace precisamente de la modestia una virtud. Así, no hallaremos en ‘Aviones’ una deslumbrante animación, pero sí una cálida sensación de cercanía que no consiguió en ningún momento la excesivamente fría ‘Cars 2’ a pesar de sus mastodónticos 200 millones de producción. Bien cierto es que la historia no sobresale en demasía por su originalidad, pero está perfectamente enfocada al público más joven de la casa, el cual a día de hoy todavía no ha suplicado -que se sepa –por la necesidad de dotar a las cintas de animación de una profundidad que la casa Pixar se empeña machaconamente en endosarnos.
Existe además en ‘Aviones’ una galería de personajes cuyos artífices han sabido dotar de una personalidad atrayente y encantadora, tanto en el caso del protagonista como del plantel de secundarios. Un tanto importante a su favor es el hecho de que el contrapunto cómico está escenificado por parte de un avión mexicano que se constata bastante más gracioso y efectivo que la irritante camioneta de la saga ‘Cars’. Todo ello, adecentado por unas cuantas secuencias con fuerte poderío visual –ese extraordinario flashback bélico de uno de sus personajes- hace de ‘Aviones’ una franca y honrada propuesta animada realizada con una pasión que se evidencia en cada secuencia y que consigue mucho con poco. Y es que ya se sabe que nada sienta tan bien en la frente del vencedor como una corona de modestia…
Puntuación: 4/5