Los días 18, 19 y 20 de este mes se celebra en Corcubión el Mercado Medieval Costa da Morte. Un mercado que cumple catorce ediciones convertido en cita indispensable del verano. Durante tres días, la villa se convierte en una explosión de color, animación, música y diversión. Los vecinos y los visitantes vestidos de época copan las principales calles del pueblo y su hermoso paseo marítimo.
Cada año más gente se siente atraída por el bullicio de este pequeño ayuntamiento situado en uno de los lugares más hermosos de la costa atlántica. Lo que empezo tímidamente hace catorce años como una iniciativa para retomar el pulso de las festividades estivales ha crecido hasta convertirse en un evento comarcal que atrae a gentes de Carnota, Dumbría, Muxía, Fisterra, Vimianzo… José Ramón Piñeiro, presidente de la asociación organizadora del Mercado, está convencido de que ha servido «para sacar a Corcubión de la cola de eventos de la comarca y meterlo en primera línea. Está a la altura de fiestas como la Barca de Muxía o el Cristo de Fisterra». Por eso, cuando en 2011 un nuevo equipo tomó las riendas de la organización, una de las primeras cosas que hicieron fue cambiar el nombre. El Mercado Medieval de Corcubión dio paso al Mercado Medieval Costa da Morte. «Un paso que sirvió para ampliar miras porque, hoy por hoy, es el único acto de la comarca que lleva el nombre de Costa da Morte», afirma Piñeiro.
Catorce ediciones han convertido a este evento en «uno de los mercados de más pedigrí a nivel nacional», explica Piñeiro, añadiendo que en un reciente viaje a Toledo escuchó hablar del mercado de Corcubión. «Eso dice mucho.», sentencia. Lo cierto es que celebrar un evento de estas características en un pueblo tan pequeño como Corcubión es un logro pues requiere de un gran compromiso por parte de la organización y del ayuntamiento, del apoyo de la población y de las ayudas – en este caso económicas – de los patrocinadores. Piñeiro señala que en los últimos años el presupuesto «se tuvo que recortar casi en un 70%«. A pesar de ello, el Mercado sigue adelante porque «si somos austeros, serios y rigurosos con los presupuestos como hasta ahora, el mercado podrá seguir siempre. Si funcionamos con seriedad esto funcionará hoy y mañana, cuando sean otros los que estén», dice con determinación.
Este año hay prevista una amplia variedad de actuaciones musicales y teatrales que podéis consultar en el programa. Si a esto unimos, el ambiente festivo, la buena disposición de los habitantes del pueblo a participar en el Mercado y la buena comida y el buen vino, tenemos como resultado uno de los eventos más particulares de Galicia. Uno de los elementos diferenciadores de este Mercado es -según el concejal de Cultura, Jose Antonio Louro Pais- la total implicación de los habitantes con la celebración. «Todo el mundo lo vive de manera más intensa. Aquí se disfruta de otra manera porque la gente se implica. Eso es algo importante que esperamos se mantenga», explica Louro.
El Mercado Medieval Costa da Morte se basa en un hecho histórico documentado, el desembarco de las tropas del arzobispo Rodrigo de Luna en 1457. Recordemos un poco la historia:
En aquel entonces, seis siglos atrás, el pueblo era fuente de fricciones entre el poder de la iglesia compostelana y la nobleza. Otros pueblos de la zona como Fisterra, Muxía y Cee obedecían al poder eclesiástico, pero Corcubión se encontraba sometida al poder de una de las casas nobles más importantes de Galicia, los Moscoso de Altamira.
Rodrigo de Moscoso, señor de Altamira e hijo de Rodrigo Sánchez de Moscoso, tomó por esposa a doña Xoana de Castro. Ese matrimonio convirtió a Corcubión en el centro rector de la comarca ya que los Altamira se asentaron aquí. La villa se transformó en la capital de la jurisdicción, algo que atrajo a notarios, sacerdotes, jueces, criados… Cabe añadir que en aquel tiempo el puerto, el más occidental de Galicia, era escala obligada para los barcos que comerciaban desde el Mediterráneo con Flandes o el norte de Europa. Eso convertía a la villa no sólo en un punto estratégico a tener en cuenta, sino que también en un enclave comercial de lo más apetitoso para el arzobispado.
El conde Rodrigo de Altamira no se encontraba en Corcubión en el tiempo del desembarco pues fue convocado para luchar lejos. El conde se llevó a sus tropas dejando la villa indefensa. Fue ese el momento que aprovechó el Arzobispo para enviar a sus tropas. Sin embargo, no contaba con el vasallo de Altamira. El hombre de confianza del conde, Gómez de Rioboo defendió, en ausencia de su señor, al pueblo.
La resistencia que se encontraron los soldados de Rodrigo de Luna superó sus expectativas. Los habitantes, armados con herramientas de labranza y antorchas, resistió el embite de los tropas. Lamentablemente, Rioboo murió durante la refriega. El héroe local pagó con su vida la libertad de Corcubión y sus gentes.
Si en ediciones pasadas, el Desembarco era el momento estrella del programa de actividades del Mercado Medieval, ahora ese lugar lo ocupa el Desfile que representa el traslado del cadáver de Gómez de Rioboo para ser entregado a Doña Xoana de Castro. Este año, justo después se celebrará un aquelarre en la plaza de la iglesia y un concierto, el viernes noche, a cargo de Olta Gabhar.
Durante tres días la villa vuelve al pasado. Un viaje en el tiempo que ofrece al visitante la oportunidad de descubrir un lugar que mira al futuro sin olvidar su pasado. Disfruten, disfrazados o no, entre damiselas, curas, trovadores, señores feudales, caballeros, mercaderes, juglares y bufones, de la antigua grandeza de la localidad. Bienvenidos, un año más, al Mercado Medieval Costa da Morte.
Fotos: Página de Facebook del Mercado Medieval de Corcubión y Web del Mercado Medieval Costa da Morte
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