Cine clásico: ¿Vencedores o vencidos? (El juicio de Nuremberg)

Los juicios de Nuremberg
Imagen: MGM/UA

Son muchas las reflexiones a las que invita y muchas las lecciones que se pueden extraer de ¿Vencedores o vencidos? (1961), traducción poco acertada y nada inocente de Judgment at Nuremberg cuyo título más apropiado hubiese sido El juicio de Nuremberg. Esta magnífica película, con guion de Abby Man y dirigida por Stanley Kramer, además de un drama judicial mayúsculo, es el recordatorio de un hecho histórico sin precedentes como fueron los juicios a la jerarquía nazi al finalizar la Segunda Guerra Mundial.

El largometraje comienza con la llegada del juez estadounidense Dan Haywood (un portentoso Spencer Tracy) a Nuremberg, en 1948. Haywood es el encargado de dirigir el proceso contra cuatro jueces del Tercer Reich por promover las políticas de esterilización y de limpieza étnica: el Dr. Ernst Janning  (Burt Lancaster), el juez Emil Hahn (Werner Klemperer), el juez Werner Lampe (Torben Meyer) y el juez Friedrich Hofstetter (Martin Brandt).

A lo largo del procedimiento judicial se van introduciendo, por boca principalmente del abogado de la defensa (interpretado magistralmente por Maximillian Schell) y de la acusación (representado por un genial Richard Widmark), las distintas perspectivas y los dilemas morales a los que se enfrentan en el juicio, haciendo partícipes a los espectadores: la subjetividad de la moral, la legalidad como fuente de injusticia y protectora de las más terribles atrocidades, la patria y la razón de Estado como argumentos para terminar con la disidencia política y con la vida humana… Es frecuente también en la película la alusión a la culpa del pueblo alemán y la imposibilidad de juzgar, por razones prácticas, a todos los alemanes, lo que pretexta a la defensa a alegar la injusticia de juzgar a unos pocos. Desde luego, el régimen nazi triunfó porque hubo personas que lo sostuvieron, siendo cómplices en mayor o menor medida.

Por otro lado, echarle la culpa a todos es el subterfugio habitual de los que no quieren asumir responsabilidades, y la responsabilidad última siempre es individual, si no, nadie respondería por sus actos. Cospedal intentó, no hace mucho, escurrir el bulto valiéndose de esta treta, y afirmó en una emisora de radio que la corrupción «lamentablemente es patrimonio de todos». Como si eso redimiera a los políticos corruptos de sus delitos, como si tuviera el mismo grado de responsabilidad un cargo político que un ciudadano de a pie, como si fuera lo mismo robar millones de euros del erario público que colarse de estrangis en un autobús. ¡Menuda jeta! No estoy justificando al que hace uso de gorra y sin necesidad de los recursos públicos por el mero hecho de no ser diputado o concejal, ni tampoco estoy negando la corrupción palmaria de nuestra sociedad, tan propensa al hurto menor, el silencio y la picaresca, pero ni todos somos culpables de lo mismo ni nuestros yerros, faltas o deslices tienen la misma gravedad. De lo contrario, estaríamos colocando al mismo nivel propinar una bofetada que tirar la bomba atómica sobre Nagasaki e Hiroshima.

Vencedores o vencidos
Imagen: MGM/UA

Otro punto importante tratado en la película es el de la memoria. La siempre elegante Marlene Dietrich encarna a Mrs. Bertholt, representante de la nobleza alemana que apoyó a HItler, quien aboga por el olvido para que la sociedad alemana pueda avanzar. Finalmente, será el recuerdo el que haga operativos esos pasos hacia delante. Porque sin pasado, es imposible contextualizar el presente, comprenderlo. No creo que beneficie a ninguna sociedad ignorar su historia.

Una película fantástica y honesta, con interpretaciones soberbias y actores secundarios de lujo como Judy Garland o Montgomery Clift. Un film lleno de matices y ambigüedades salvo cuando se trata de dejar claro que el Holocausto no debe volver a ocurrir.


FICHA

El jurado de Nuremberg

Título: ¿Vencedores  o vencidos? (El juicio de Nuremberg)

Nacionalidad: Estados Unidos

Año: 1961

Dirección: Stanley Kramer

Guion: Abby Man

Reparto: Spencer Tracy, Burt Lancaster, Richard Widmark, Marlene Dietrich, Maximilian Schell, Judy Garland, Montgomery Clift, Edward Binns, Werner Klemperer, Torben Meyer, Martin Brandt, William Shatner, Kenneth MacKenna, Alan Baxter, Ray Teal

Galardones: 1961: 2 Oscars: Mejor actor (Maximilian Schell), guión adaptado. 11 nominaciones; 2 Globos de Oro: Actor – Drama (Schell) y director. 6 nominaciones; Círculo de Críticos de Nueva York: Mejor guión y actor (Schell); Premios David di Donatello: Mejor actor (Spencer Tracy) y producción extranjera.

 

 

 

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