«Meet John Doe es una gran película: gran historia, grandes diálogos, grandes interpretaciones y gran dirección. El legado de Capra al cine es fundamental.»
A la crisis económica, política y de valores en la que estamos inmersos, hemos de sumar la crisis del periodismo, no solo como actividad empresarial, que pasa actualmente por clamorosas horas bajas, sino también como institución social, imprescindible para el desarrollo humano y para la supervivencia, expansión y profundización de la propia democracia (término siempre polémico debido a sus múltiples interpretaciones) entendida en su sentido más amplio: sufragio universal y consolidación de derechos individuales y sociales.
Los ciudadanos no confían en la clase política ni en los medios de comunicación. Dicha suspicacia no es un capricho repentino, proviene de la renuncia por parte de unos y de otros de sus obligaciones para con eso que los filósofos convinieron en denominar el bien común. Obviamente, ni todos los políticos son unos ladrones, ni todos los periodistas son unos mentirosos, y si algo hemos de agradecer a estos tiempos convulsos y proclives al cambio, es la aparición de proyectos periodísticos independientes que buscan el apoyo de los ciudadanos y no de los poderosos.
Meet John Doe (1941), película dirigida por el director italoamericano Frank Capra y protagonizada por unos magníficos Barbara Stanwyck y Gary Cooper, pone el foco en las alianzas políticas, económicas y mediáticas: el servilismo de los medios de comunicación con respecto al poder económico y político, y la manipulación ejercida sobre los ciudadanos.
El cambio de propietario del periódico para el que trabaja Ann Mitchell (Barbara Stanwyck), conlleva su despido y el de otros trabajadores. Antes de irse de la redacción, Ann publica un último artículo, una carta ficticia en la que un tal John Doe (traducido como Juan Nadie en el doblaje de la cinta al español), que lleva cuatro años sin trabajo en el contexto de la Gran Depresión, despotrica contra la clase política a quien culpa de su situación y amenaza con suicidarse desde la azotea del Ayuntamiento.
Ante el revuelo creado por la difusión de la misiva y con la perspectiva de ganar audiencia en la guerra de tiradas, el editor del The New Bulletin y la periodista, que es reincorporada a la plantilla, sostienen la mentira en el tiempo y persuaden a Long John Willoughby (Gary Cooper), un antiguo jugador de béisbol que vive en la calle, a que encarne al personaje inventado. John Doe denuncia regularmente las injusticias del mundo en las páginas del rotativo, alcanzando gran popularidad y convirtiéndose en un líder de opinión. John Doe consigue inspirar esperanza en el ser humano, concienciar a la gente de la posibilidad de hacer un mundo mejor a través de las acciones individuales, viendo a los demás como personas dignas de respeto y apoyo: se inicia el movimiento de los John Doe.
D. B. Norton (Edward Arnold), el magnate con aspiraciones políticas dueño del periódico, una suerte de Berlusconi si lo extrapolamos a la contemporaneidad de nuestro tiempo, se propondrá sacar tajada al tirón mediático de John Doe con el objeto de acceder a la Casa Blanca. Willoughby acabará identificándose con el mensaje de Doe e intentará evitar su instrumentalización política.
Meet John Doe es una gran película: gran historia, grandes diálogos, grandes interpretaciones y gran dirección. El legado de Capra al cine es fundamental.
FICHA TÉCNICA
Título: Meet John Doe
Director: Frank Capra
Año:1941
Nacionalidad: Estados Unidos
Guion: Robert Riskin (Historia: Richard Connell, Robert Presnell Sr.)
Reparto: Gary Cooper, Barbara Stanwyck, Edward Arnold, Walter Brennan, James Gleason, Ann Doran, Gene Lockhart