Valor y precio

En la argenMartialtina se cuenta un chiste muy popular: “no existe mejor negocio que comprar a un argentino por lo que realmente vale y luego venderlo por lo que él dice valer”. Este dicho tendría una traslación a la inversa para explicar el mercado futbolístico: “no existe peor negocio que comprar a un futbolista por la cantidad que él y su entorno dicen valer y después verse obligados a venderlo por su valor real en el terreno de juego”.

Esta reflexión viene a cuento ya que, como cada año por estas fechas, ha entrado en ebullición el mercado de traspasos en la Europa balonpédica. Y fiel a su cita estival ya está aquí el “culebrón” de turno.

El protagonista del mercado de este 2016 parece ser Paul Pogba. El centrocampista de la Juventus de Turín se ha convertido en objeto de deseo de todos los trasatlánticos del viejo continente (Real Madrid, Barcelona, Manchester City, Manchester United,..) y los responsables de la “Vecchia Signora” del Piamonte italiano no piensan dejar pasar la oportunidad de hacer un negocio redondo.

Ni cortos ni perezosos, los dirigentes de la Juve han tasado al potente futbolista francés, de origen guineano, en unos 140 millones de euros. Si finalmente se oficializa el traspaso en esa cifra, Pogba se convertiría en la transferencia futbolística de mayor cuantía de la historia (por lo menos hasta que se conociese la cifra real del pase de Neymar al Barcelona el cual, se especula, que pudo tener un coste similar).

Pogba es una potencia de la naturaleza con gran despliegue físico, mucha verticalidad, buena visión de juego y que además cuenta con un gran disparo de media y larga distancia. Por si fuese poco, a estas cualidades le suma una muy depurada técnica individual con el balón en los pies, algo a destacar en un futbolista de más de 1,90 de estatura. Este explosivo cocktail ha hecho de él una de las grandes opciones de futuro del fútbol mundial (recordemos que tan sólo tiene 23 años en la actualidad).

Siendo todo esto cierto, no deja de ser casi pornográfico hablar de estas cifras en el mundo que nos movemos. Tengamos en cuenta que, además de los 140 millones anteriormente citados, habría que sumar los 25 millones de comisión que pide su representante (el pintoresco Mino Raiola) o los 12 millones de euros netos que percibiría el jugador por cada año de contrato, una vinculación laboral que no sería inferior a cinco o seis años.

Se da además la paradoja de que uno de los pretendientes que parece más dispuesto a afrontar este descomunal desembolso no es otro que el Manchester United. Al parecer el nuevo inquilino del banquillo de Old Trafford, el portugués José Mourinho, está dispuesto a tirar la casa por la ventana por poner a Pogba en la medular de los Red devils.

Ante esta circunstancia es preciso recordar que Paul Pogba debutó en el futbol profesional con el propio Manchester United en el año 2011. Un año después abandonaría la disciplina del equipo inglés para fichar por la Juventus sin que los mancunianos recibiesen cantidad alguna por el traspaso del futbolista. Al parecer fueron sus diferencias con Sir Alex Ferguson las que llevaron a este giro en su carrera.

¿Cómo puede un club de este prestigio cometer la torpeza de pagar 140 millones de euros por un jugador que era suyo hace apenas cuatro años y por el cual no recibió un solo euro? Así está el fútbol.

Pogba no es más que otro en la lista de traspasos sonados que han rondado o traspasado la barrera de los 100 millones de euros en los últimos tiempos. Cristiano Ronaldo, Gareth Bale, Neymar, Luis Suarez, James Rodríguez, Anthony Martial, Rheem Sterling, Kevin de Bruyne,…

La pregunta es simple: ¿Existe algún futbolista cuyo valor se aproxime si quiera a las cifras que se están manejando? En mi humilde opinión, no lo creo. Una cosa es el precio, otra muy distinta es su valor real.

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