Un fin de semana en O Salnés

Francisco Esteban. Guía oficial de turismoConocer el entorno de las sierras de los Montes del Castrove, admirar la magnífica obra románica del Monasterio de Armenteira y disfrutar del espectáculo de unas soberbias panorámicas son los principales atractivos que iremos encontrando a lo largo de esta ruta

 

Tomando como referencia la villa de Sanxenso de Padriñán, y situándonos dirección Pontevedra por la Avenida de León, saldremos por la izquierda por la carretera comarcar PO 9201 para dirigirnos a la parroquia de San Pedro de Bordóns.

 En Bordóns merece la pena acercarnos al entorno de la Iglesia Parroquial, en la que destaca la espadaña de dos campanas, mientras que en el cementerio se conservan dos dinteles, posiblemente procedentes de un baldaquino. En uno de ellos se puede apreciar una representación esculpida en piedra del entierro de Cristo, en el aparece la Virgen y San Juan tomándole la mano izquierda en presencia de varios apóstoles; el segundo, recrea el martirio de San Sebastián. Otras visitas obligadas en esta parroquia, son la Rectoral y la Casa Solariega de Sear.

Continuando por la PO 9201, el paisaje alcanza todo su esplendor en el entorno del Alto Lamela, en el que además de unas vistas extraordinarias que nos muestran tanto la zona rural como la costa, podremos contabilizar un buen número de cruceros y de hórreos de piedra. La carretera PO 9214, de Dorrón a Armenterira, será la que nos lleve al Mirador de Samieira, desde cuya posición privilegiada podremos maravillarnos con las vistas a la Ría de Pontevedra y a la Isla de Tambo postradas a nuestros pies.

Vistas Ría de Pontevedra. Foto Rúas magazine
                 Vistas Ría de Pontevedra. Foto Rúas magazine

Mirador

 

 

Por la misma carretera llegaremos al cruce de Busto, desde donde a 1,5 km sale una pista forestal a la izquierda, que nos conducirá a un pequeño alto donde, a unos 400 metros, se sitúa un interesante petroglifo.

Pedra do Cribo. FOTO. Rúas magazine
       Pedra do Cribo. FOTO. Rúas magazine

Esta joya patrimonial contiene representaciones de ciervos, caballos, escenas de equitación e, incluso, un laberinto. Concretamente, las escenas de ciervos están datadas entre el 1.500 y el 1.000 a. C., mientras que la de los caballos se sitúan entre los siglos VI y V a. C..

 La siguiente para será el Monte Escusa, en el que cada tercer domingo de agosto se celebra una “Rapa das Bestas”. Desde la Escusa comenzaremos la subida al Monte Castrove, con 612 metros de altura, en el que aún podremos encontrar ganado equino criado en libertad. Para llegar a la cima del Monte Castrove, el último tramo, de 3 km, tendremos que hacerlo a pie. Una vez en la cima, podremos optar por volver por la misma ruta o rodear el monte, lo que supondría un recorrido de 1,5 km más y un total de dos horas  y media para todo el trayecto.

El Monte Castrove nos dará la oportunidad de convertirnos en una especie de pájaros sin alas para adivinar una de las estampas más soberbias que la naturaleza nos ofrece. Las filas de cultivos de vid en el Valle del Salnés y de Cambados, el perfil marítimo de O Grove, el de la ría de Pontevedra, la de Arousa y la de Vigo, con e las Islas Cíes señalando hacia el Cabo Silleiro, la línea sinuosa de los Montes del Morrazo y de la Sierra del Barbanza. Todo el complejo e indescriptible abanico de sensaciones que transmiten mar, tierra y altura a nuestro alcance

Del Monte Castrove bajaremos de nuevo Busto, donde giraremos a la derecha para llegar a Vilar de Armenteira y visitar el Monasterio Cisterciense

Monasteiro de Armenteira. FOTO. Rúas magazine
             Monasteiro de Armenteira. FOTO. Rúas magazine

Se trata de una magnifica obra románica del siglo XII, que presenta en la fachada occidental seis pares de columnas sobre las que reposan las arquivoltas, rematando la parte superior con un extraordinario rosetón con calados comparables a encaje de bolillos. Del interior, cabe destacar la cúpula del crucero, de estilo mudéjar, así como la sensación mágica que produce la luz al penetrar por el naciente, contrastando con la penumbra del templo.

El claustro, comenzado en el siglo XVI y finalizado en el XVIII, invita a la meditación y al sosiego, además de contentar el espíritu. También podremos disfrutar de los productos que nos ofrecerán las monjas cistercienses en la portería, famosas por sus jabones de esencias de hierbas aromáticas y realizados de forma artesanar. En la parte exterior, rodeando la iglesia, podremos contemplar la cabecera de tres ábsides en forma escalonada.

Monasteiro de Armenteira. FOTO. Rúas magazine

Claustro

Esta propuesta puede completarse con la ruta de “a Pedra e a Auga”, que sale desde Armenteira,  y  siguiendo un sendero, por la orilla de Río Umia hasta llegar a Barrates. Un paseo que puede realizarse en una hora y cuarenta minutos aproximadamente.

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