Hasta siempre «Mamba» negra

Kobe Bean Bryant, nacido en Estados Unidos un 23 de agosto de 1978 ha muerto ayer, 26 de enero de 2020. Fue y es un referente para muchas generaciones como jugador de baloncesto y por eso este artículo publicado por el periodista Carlos Pampillón e20 de abril de 2016 en esta revista, vuelve hoy a tener vigencia.

Permitidme que lo primero que haga sea confesar mi atrevimiento al escribir este artículo. Quien esto suscribe es un gran aficionado al baloncesto, es cierto, pero debo reconocer mi querencia total por el deporte de la canasta a este lado del charco. Mi lista de ídolos la integran gente como Biriukov, Sabonis, Bodigora, Kukoc, Petrovic, Spanoulis, Teodosic o Llull, por poner sólo algunos ilustres ejemplos.

A pesar de esto la primera vez que me fascinó el basket fue por culpa de una referencia para mí que llegaba desde la, por aquel entonces, lejana galaxia de la NBA: Earvin “Magic” Johnson. Aquel base de 2,06 me hizo para siempre un ferviente defensor de su legado y, por ende, un simpatizante en la lejanía de Lakers de Los Ángeles. Es esta última condición, de Laker de adopción, la que me lleva a escribir estas líneas.

Kobe BryanComo supongo que ya todos sabréis recientemente ha puesto fin a su carrera Kobe Bryant y he considerado de justicia poner en valor la figura de la Mamba Negra.

Kobe Bean Braynt llegó a la NBA directamente desde el instituto y desde el primer momento demostró querer mirarse en el espejo de Michael Jordan lo cual da una idea la tremenda confianza que tenía en sus propias cualidades.

Tras unos años donde se mostró como una de las referencias de la Liga en el plano individual pero incapaz de llegar a los logros colectivos en parte gracias a su lectura un tanto individual del juego, la llegada al banquillo angelino de Phil Jackson en el año 2000 trajo consigo la consecución de tres anillos de campeón aunque para eso tuviese que supeditar su condición de estrella al liderazgo en cancha de su “amigo” Shaquille O´Neal.

Cuando el choque de egos entre la Mamba y el 34 terminó como el rosario de la aurora, a pesar de los esfuerzos de Jackson de encontrar un equilibrio, la salida de O´Neal de los Lakers trajo consigo unas temporadas sin éxitos colectivos (teniendo en cuenta que para los Lakers llegar a la final de la NBA sin alcanzar el anillo no puede ser considerado un éxito). Cierto es que Kobe sí alcanzó logros como el ansiado MVP de la temporada regular 2007-2008 o su récord de anotación de 81 puntos ante los Toronto Raptors el 22 de enero de 2006.

Con la llegada del español Pau Gasol a L.A. los de purpura y oro alcanzaron tres veces seguidas la final de la NBA logrando dos de esos anillos que son, hasta el momento, las últimas dos conquistas que penden del techo del Staples Center.

Más allá de su tremendo palmarés (5 anillos, dos MVP´s de las Finales, MVP de temporada regular, cuatro MVP´s del All Star y dos oros olímpicos) Kobe Bryant pasará a la historia como uno de los mejores de todos los tiempos.

Acusado de arrogante, malhumorado, egoísta, díscolo, engreído,… su carácter le ha jugado más de una mala pasada. Una prueba de esta forma de ser es el pasaje descrito por Phil Jackson en su libro “Once anillos”: “Cuando aquella temporada jugamos en Chicago, organicé un encuentro entre las estrellas. Pues pensé que Michael podría contribuir a modificar la actitud de Kobe y llevarlo hacia una generosa labor de equipo. En cuanto se estrecharon las manos, las primeras palabras que brotaron de los labios de Kobe fueron las siguientes: Por si no lo sabes, puedo patearte el culo de igual a igual. Como se ve, la Mamba en estado puro.

A pesar de todo…una leyenda.

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