El Mozart del baloncesto

Drazen 2El 7 de junio de 1993 un camión atravesado en una autopista de la ciudad alemana de Denkendorf acababa con la vida de uno de los talentos deportivos más grandes nacidos en el viejo continente. Dormido en el asiento trasero de un utilitario conducido por su novia, Drazen Petrovic encontró la muerte de forma prematura.

Drazen nació en la localidad croata de Sibenik el 22 de octubre de 1964. Desde muy pequeño, el más joven de los hermanos Petrovic, mostró unas grandes aptitudes para la práctica del baloncesto (cabe recordar que su hermano mayor Alexander ya era un proyecto de gran jugador antes de la eclosión del pequeño de la saga).

Con 15 años Drazen debutó (de la mano de una leyenda del baloncesto yugoslavo como era Zoran “Moka” Slavnic) en el primer equipo del Sibenka, entidad de la ciudad de Sibenik.

Pronto la importancia de Drazen fue creciendo para, en la temporada 82-83 (con apenas 18 años), proclamarse mejor jugador y máximo anotador de la liga yugoslava. Curiosamente el Sibenka perdería ese año la final de la liga ante el Bosna Sarajevo en una serie marcada por los arbitrajes.

Acerca del salto al profesionalismo de Drazen, su propio hermano Alexander dijo: “al principio tenía un tiro horrible pero fue su tremenda ética de trabajo la que le hizo mejorar rápidamente hasta convertirse en el terrible anotador que fue”.

En parecidos términos, aunque claramente menos elogiosos, se expresó siempre su ex compañero en el Real Madrid, Chechu Biriukov, que definía a Petrovic como un “machaca” desprovisto del talento de otros compañeros de generación como Kukoc o Radja.

Después de realizar el servicio militar y tras haber rechazado a prestigiosas universidades americanas como UCLA o Notre Dame, Drazen fichó por la Cibona de Zagreb donde militaba su hermano Alexander que era además la gran estrella del club.

Entre 1984 y 1988, Drazen guió al equipo de la capital croata a lo más alto de su historia. Tres ligas yugoslavas, tres copas del país balcánico, dos Copas de Europa (el equivalente a la actual Euroliga), una Recopa de Europa,… fueron cayendo como fruta madura en el zurrón del genio croata. Al mismo tiempo, Drazen se granjeaba el odio de públicos y jugadores rivales por su prepotencia y descaro desmedido en la pista.

Especialmente sonados fueron sus piques con los jugadores del Real Madrid a lo largo de sus enfrentamientos europeos. Es por esta razón que fue una sorpresa su desembarco en la capital de España en la temporada 1988-89 para defender la camiseta blanca. Todo parecía indicar que Petrovic abandonaría Zagreb para recalar en el Barcelona pero fue el empeño personal del presidente madridista, Ramón Mendoza, el que obró el milagro de convertir a Drazen en estrella del Madrid.

Ese mismo año causaron baja en el equipo madridistas insignes como Juan Antonio Corbalán o Juanma López Iturriaga (las malas lenguas aseguran que la llegada del genio de Sibenik influyó en la salida del equipo de este último a causa de la mala relación que mantenían).

El “Año de Petrovic” se saldó con la victoria del Real Madrid en la Copa del Rey y en la Recopa de Europa y la derrota en la final de la Liga ACB a manos del FC Barcelona.

La victoria en la Recopa de Europa ante el Snaidero de Caserta italiano se produjo tras una exhibición anotadora de Petrovic (62 puntos) por el bando madridista y del cañonero brasileño Óscar Schmidt Becerra por los italianos (44 puntos).

Cuando todo el mundo le esperaba en Madrid para iniciar su segundo curso madridista, Drazen pega la espantada y ficha por los Portland Trail Blazers de la NBA. Su estancia en Portland se vio oscurecida por su escaso protagonismo ya que tenía que vivir a la sombra de jugadores como Clyde Drexler, Terry Porter o Jerome Kersey.

Tras temporada y media, Petrovic ficha por los Nets de New Jersey donde sí alcanzó las cotas de protagonismo que de él se esperaban, convirtiéndose en una de las estrellas de la Liga. Su fallecimiento nos privó de saber dónde estaba su techo dentro del universo NBA.

Al margen de sus clubs, Drazen tuvo una destacadísima trayectoria internacional defendiendo las camisetas de Yugoslavia y de Croacia.

Con los Plavi, Drazen gana un bronce y una plata olímpicas, el Campeonato del Mundo de Argentina en 1990 (junto a una generación de un talento inigualable), un tercer puesto en el Mundial de España 86, el Campeonato de Europa disputado en su país e 1989 y un bronce europeo en 1987.

Con la selección de la recién estrenada Croacia, alcanza la plata en los Juegos Olímpicos de Barcelona de 1992. Las imágenes de su pique con Michael Jordan en su enfrentamiento con el mítico Dream Team en la final olímpica, dan una idea del afán competitivo de esta “fiera” de las canchas.

Su muerte en plena madurez instaló a Drazen en la categoría de mito. DEP maestro!!!!

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