El mayordomo: retazos de historia norteamericana

el mayordomo

“Con una trama bífida que acaba por unirse en el término del trayecto, El mayordomo no consigue el resultado deseado y peca de una sobrecarga de sentimentalismo que torna en patriotismo descarado en los últimos momentos de la proyección.”

La lucha por la igualdad racial en el seno de los Estados Unidos no es ni mucho menos un tema tabú en el celuloide norteamericano. Contamos con numerosos y conocidos precedentes. A las mientes me viene un Sidney Poitier ya consagrado con la estatuilla en Adivina quién viene a cenar esta noche (1967), interpretando al futuro yerno del fantástico tándem conformado por Katherine Hepburn y Spencer Tracy, o la más reciente y taquillera Django desencadenado (2012), última perversión cinematográfica de Quentin Tarantino, que cuenta con su propio, pero bien distinto (menos afable desde luego) del que nos ocupa, mayordomo.

Forest Whitaker, en el papel del fámulo, y Oprah Winfrey, como su esposa, encabezan un reparto plagado de rostros habituales para el gran público, que se suceden en la pantalla al ritmo que entran y salen presidentes de la Casa Blanca. Ambos actores ejecutan una loable actuación (se escuchan ecos de óscar) aunque sus personajes no son lo suficientemente carismáticos como para hacerse un hueco entre <<los imprescindibles>> o <<los inolvidables>>.

A través de los ojos de Cecil Gaines (Whitaker) y de su hijo Louis (David Oyelowo), la película alterna dos puntos de vista encontrados del mismo conflicto: la segregación entre negros y blancos. Mientras el primero adopta una actitud servil, sumisa, acuciado por las necesidades familiares, el segundo aboga por el activismo político.

El mayordomo, dirigida por Lee Daniels, no está a la altura de la conmovedora Precious (2009), trabajo más destacado del realizador, cuyo retrato profundo de los personajes y unas escenas bien trabadas enganchan al espectador hasta hacer suya la historia. Con una trama bífida que acaba por unirse en el término del trayecto, El mayordomo no consigue el resultado deseado y peca de una sobrecarga de sentimentalismo que torna en patriotismo descarado en los últimos momentos de la proyección. Pese a ello, es una película recomendable para aquellos que quieran acercarse a la Revolución Negra, con Martin Luther King y Malcom X como cabezas visibles, y su legado en la memoria colectiva estadounidense. Película aceptable aunque con un discurso manido.

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