De Wolkenfabriek: creatividad e iniciativa

WF Groningen
WF Groningen

Se está poniendo más de moda que nunca el “hazlo tú mismo” porque las políticas anticrisis financiera se han convertido en políticas antisociales y anticulturales, suprimiendo las subvenciones y todo tipo de ayudas en estos sectores. Por otra parte, paulatinamente, las administraciones están liberándose de competencias, devolviendo responsabilidades a los ciudadanos a medida que los funcionarios pierden sus puestos de trabajo. Por eso esta mano tendida del ayuntamiento puede entenderse desde la perspectiva de Volker Bauland, trabajador social y trombonista groningués, como una estrategia sutil, pues cuando escasea el presupuesto, conviene acudir a la creatividad e iniciativa de los ciudadanos: <<Esta oportunidad es positiva sin duda para las personas que han apostado por ella, por el poder de escoger qué hacer y realizarlo ellas mismas, y para todos los que disfrutaremos de lo que van a ofrecer; pero también es una forma de darle un empujoncito a la gente y hacerle entender que de ahora en adelante tendrán que arreglárselas solitos. Es como envolver en papel de regalo un objeto destartalado del que te quieres deshacer para que lo recompongas y le saques partido si puedes conseguir las herramientas y las piezas que faltan. >>

Aprender a apreciar lo singular entre la muchedumbre, lo especial en lo cotidiano, momentos de ocio activo y compartido…


Creo que Wolkenfabriek beneficiará no sólo a sus inversores, sino a la ciudad de Groningen, a la provincia, a los neerlandeses y a los que habitamos más allá de las tierras bajas del mar del Norte. Iniciativas como ésta, además de forjar comunidades e impulsar la participación y las ocurrencias, “sanean” las posibi
lidades de ocio y potencian la cultura periférica, acercándolas a cualquier ciudadano y recordándonos que podemos y debemos ser partícipes de la reconstrucción de nuestro entorno cotidiano, atendiendo a nLiberando ideasuestras auténticas necesidades e intereses. Apoyar estos proyectos es vital, ya que significa colaborar en la importante reactivación del papel de ciudadano en estos tiempos en los que nos vemos obligados a sobrevivir contra los amenazantes pronósticos de la troika, las trampas y el desamparo del gobierno.

Ante el desaliento con el que esperan anularnos por completo, aguardo impacientemente la reencarnación de la suikerfabriek, la centenaria fábrica de azúcar, en un faro que atraiga una lluvia de oportunidades, sensaciones, ideas, encuentros, melodías…la fábrica de las nubes.

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